Un viaje al rededor de los museos

Museos pequeños, museos con encanto, museos poco conocidos, museos y/o fundaciones de mis artistas o arquitectos favoritos, museos que he tenido el gusto de visitar y que, por diferentes razones, merecerían volver a ser visitados.

Todos los textos y fotos de este blog son autoría y propiedad de Agustín Calvo Galán. Si quieres citarlos o usar las fotos, puedes hacerlo; pero, por favor, indica la procedencia y la autoría. Gracias.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Museo de Dubái (Emiratos Árabes Unidos)


Estamos en Al Fahidi. Se trata del verdadero barrio antiguo de Dubái: muy bien conservado o restaurado, con casas tradicionales árabes, convertidas ahora en su mayor parte en galerías de arte y restaurantes. Entramos en una de las galerías: accedemos primero a un patio interior, rodeado de habitaciones donde se exponen algunas obras, ninguna de interés artístico, tal vez únicamente decorativo. Las calles de piedra blanca, estrechas, las fachadas de un solo piso y en colores claros, nos transportan al lugar tranquilo y originario que fue Dubái hasta los años setenta. Seguimos, de sombra en sombra, hasta el Dubai Museum, que se encuentra en el interior de un antiguo fuerte, de hecho es el edificio más antiguo de la ciudad aún en pie y uno de los lugares más visitados por los turistas. Al llegar vemos como una multitud de grupos de turistas van entrando y, después, seguirán ordenadamente paseando por su interior. Oímos todos los idiomas de Europa y de Asia, aquí se podría hacer también una radiografía de todas las conexiones áreas que Emirates realiza diariamente entre Dubái y el resto del mundo. El fuerte se muestra por fuera impenetrable con sus muros altos, hecho de una mezcla curiosa de yeso y coral que le dan un tonalidad rosado, está formando un rectángulo con dos torres. Al entrar se accede a un gran patio, donde han colocado varios cañones y barcas de remos de diferentes tamaños y un viejo dhow, recuerdo de los antiguos barcos de vela árabes que surcaron los mares hacia África y hacia el sudeste asiático comerciando con especias, perlas y esclavos. Pasamos corriendo hacia las partes cubiertas, en el interior, porque el sol da de lleno en el patio, al refugio del aire acondicionado, aunque tengamos que ir como dos ovejitas más, por en medio de los rebaños de turistas. No nos importa si, a cambio, no nos achicharramos. En las diferentes estancias habilitadas como museo se muestra la vida en el antiguo Dubái, antiguo significa aquí anterior a 1971, con maniquíes de hombres y mujeres vestidos a la manera tradicional dentro del hogar, y también los oficios de pescador y buscadores de perlas, así como los comerciantes, los religiosos y los gobernadores o emires, en sus cortes hechas de jaimas en medio del desierto. En una sala se muestran antiguos vestigios arqueológicos. Es, sin duda, la parte más interesante de todo lo que se encuentra expuesto en este lugar, también la más auténtica, aquí no hay maniquíes, sino piezas de verdad, vestigios desde la prehistoria hasta  los primeros asentamientos árabes en la zona y de su comercio con otras partes del mundo antiguo, incluidas piezas fenicias, griegas y romanas. Curiosamente, en esta sala no hay prácticamente nadie, estamos solos. Las multitudes prefieren ver escaparates como los de Zara, con muñecones a la moda árabe de otra época, antes que unas piezas de cerámica o unas piedras originales, antiguas de verdad. Es así como estos vestigios, que conectan el golfo pérsico con el Mediterráneo nos hacen viajar a través del tiempo, y nos devuelven a las orillas de nuestras costas mediterráneas, nos acercan a casa… Será porque en mi niñez….que diría Joan Manuel Serrat. Antes de volver a salir a la calle, pensamos muy bien el trayecto a seguir para llegar lo antes posible a la parada de metro y no morir de calor por el camino.

http://www.dubaiculture.gov.ae/en/Live-Our-Heritage/Pages/Dubai-Museum-and-Al-Fahidi-Fort.aspx

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