Un viaje al rededor de los museos

Museos pequeños, museos con encanto, museos poco conocidos, museos y/o fundaciones de mis artistas o arquitectos favoritos, museos que he tenido el gusto de visitar y que, por diferentes razones, merecerían volver a ser visitados.

Todos los textos y fotos de este blog son autoría y propiedad de Agustín Calvo Galán. Si quieres citarlos o usar las fotos, puedes hacerlo; pero, por favor, indica la procedencia y la autoría. Gracias.

martes, 14 de enero de 2014

El museo del Distrito Sexto de Ciudad del Cabo

No, no busquen el Distrito Sexto en ningún mapa actual de Ciudad del Cabo, no existe; o mejor dicho, dejó de existir en los años 60 del pasado siglo debido a que las leyes raciales, que imperaron en Sudáfrica durante varias décadas, prohibían explícitamente la existencia de barrios o áreas de residencia en las que convivieran personas de diferentes razas. Y es que el Distrito Sexto, a pesar de haber representado en muchos aspectos un barrio marginal, no sólo había sido un lugar de convivencia entre personas de diferentes razas, donde vivían especialmente personas mestizas, también era un lugar en el que artistas de todo tipo se habían ido estableciendo, atrayendo a una cierta bohemia liberal que huía de las estrictas exigencias morales de la élite blanca protestante. Pero, en 1966 aquella vibrante vida comunitaria tuvo su final, pues se determinó que el Distrito Sexto, seguramente por su cercanía al centro de la ciudad y al área portuaria, fuera declarado "área blanca", lo que conllevó la destrucción de todo el barrio y el desplazamiento y la separación de las miles de personas que en él vivían.
El actual Distric Six Museum se encuentra en el centro de Ciudad del Cabo. Se fundó en 1994 con el mandato de recoger la memoria existente sobre aquel Distrito Sexto, aportando luz a la compleja realidad, que las leyes del apartheid querían negar, de una población mestiza que siempre había avergonzado a la minoría blanca, pues evidenciaba la existencia de relaciones interraciales. Además, el Museo permite un recorrido ameno, didáctico e interactivo por los aspectos de la vida cotidiana en la Sudáfrica de los años cincuenta y sesenta, y guarda un sinfín de objetos, carteles y fotografías de aquella época.
La nación multicolor que es hoy Sudáfrica necesita recordar aquellos espacios de convivencia del pasado para conseguir imaginar, por difícil que parezca la empresa, un futuro pacífico y armonioso. Visitando el Distric Six Museum uno tiene la sensación de que, efectivamente, los sudafricanos lo van a conseguir perdonando, pero sin olvidar ni maquillar la gravedad del sistema dolorosamente inhumano, aberrante y artificial, que se impuso en su nación en la época del apartheid.

http://www.districtsix.co.za/

jueves, 2 de enero de 2014

La Fundación Arpad Szenes - Vieira da Silva de Lisboa

Cerca de la céntrica, hotelera y circular Praça do Marquês de Pombal, se encuentra una más pequeña, rectangular y coqueta, la Praça das Amoreiras, lejos del bullicio y el tráfico de la primera, lejos incluso de la nueva e impersonal urbanidad lisboeta, parece que nos encontremos en una plaza de pueblo, de cualquier pueblo de Portugal. En la Praça das Amoreiras de Lisboa podemos encontrar, además de un lugar tranquilo y agradable para pasear -aunque ya sin las moreras que le dieron nombre-, además de la colina por donde pasaba el imponente acueducto -conservado en su mayor parte- que traía el agua a la ciudad, una antigua fábrica de tejidos del siglo XVIII reconvertida desde los años 90 del siglo XX en la sede de la Fundação Arpad Szenes - Vieira da Silva; un edificio elegante, sobrio y funcional, un lugar dedicado a la memoria y la reivindicación de esta pareja de artistas universales, un lugar en el que la nación lusitana puede expiar la vergüenza de haberle negado el pan y la sal a la pintora portuguesa más importante del siglo XX, por haberse casado con un judío húngaro. Eso sucedió durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Maria Helena Vieira da Silva y su marido, Arpad Szenes, huyendo de la ocupación alemana de Francia, recalaron en un Portugal que no sólo se negó a darles refugio sino que los humilló hasta el extremo de quitarle la nacionalidad a Maria Helena. La Segunda Guerra Mundial es historia, al igual que el régimen dictatorial del profesor Salazar, pero el amor y la obra de esta pareja de artistas, que sobrevivieron a tantas vicisitudes, pervive actualmente gracias a instituciones como esta fundación lisboeta. En ella podremos visitar una exposición variada de la obra de ambos, pintores fundamentales de la primera parte del siglo XX, pertenecientes a la llamada escuela de París. Aunque en el caso de Maria Helena no encontremos aquí sus grandes y más conocidas obras, repartidas por colecciones privadas y por los mejores museos de arte contemporáneo del mundo entero, como el Pompidou de París  (donde se puede ver su obra maestra: "La Partie d'échecs", 1943) o la Tate Gallery de Londres (que expone su "Chambre gris" 1950); sin embargo, la Fundação sí guarda alguna obra importante de su época final, como "Au fur et à mesure" (1965), donde continuó indagando en su búsqueda espacial, llena de trascendencia geométrica y simbolismo humanista, y donde podemos admirar la energía indomable de esta fascinante, frágil e incansable mujer de ojos inmensos.

http://fasvs.pt/