Un viaje al rededor de los museos

Museos pequeños, museos con encanto, museos poco conocidos, museos y/o fundaciones de mis artistas o arquitectos favoritos, museos que he tenido el gusto de visitar y que, por diferentes razones, merecerían volver a ser visitados.

Todos los textos y fotos de este blog son autoría y propiedad de Agustín Calvo Galán. Si quieres citarlos o usar las fotos, puedes hacerlo; pero, por favor, indica la procedencia y la autoría. Gracias.

sábado, 8 de marzo de 2014

El Museo Victor Horta de Bruselas

Junto a París, Viena o Barcelona, Bruselas está considerada una de las capitales del Art Noveau, -movimiento artístico y arquitectónico de finales del siglo XIX y principios del XX que en España conocemos como Modernismo-, gracias precisamente a su arquitecto más famoso: Victor Horta (Gante, 1861 - Bruselas 1947).
El visitante de la capital belga que quiera alejarse del centro de la ciudad, de su abigarramiento ecléctico y funcionarial, de su Grand Place y de las multitudes frente al Manneken Pis, de su distrito europeo o de los imponentes Museos Reales de Bellas Artes, puede realizar una visita más original y acercarse al Museo Horta, situado en lo que había sido su casa y taller de arquitectura, en el distrito de Saint-Gilles. El Museo se encuentra situado en la Rue Américaine, muy cerca de otros edificios diseñados por el propio Victor Horta, como la famosa Casa Tassel, y ocupa dos solares que el arquitecto belga aprovechó para construir una obra que él mismo había proyectado para cumplir la doble función de domicilio y taller; y, como no podía ser de otra manera en un arquitecto del Art Noveau, también se encargó de la decoración y el mobiliario hasta el mínimo detalle. 
De esta manera, al visitar el Museo Horta no solo podemos apreciar el refinamiento barroco, sinuoso y naturalista de uno de los arquitectos más representativos del Art Noveau, sino que también entramos en una casa particular -que había sido habitada por el arquitecto y su familia- de principios del siglo XX perfectamente conservada. Además, podemos observar la elegancia y la funcionalidad de los muebles, el aprovechamiento de la iluminación natural, así como la conexión entre los diferentes espacios, y deleitarnos con la decoración interior, compuesta por elementos como vitrales, pinturas murales, delicados mosaicos, etc. que completan el armonioso conjunto de esta casa museo. En su exterior, la fachada doble -ejemplarizando a la perfección la dualidad funcional del edificio- muestra una gran gracilidad, gracias a la amplitud de los ventanales y al juego de formas asimétricas y de materiales.
Al fin, este edificio no es solo una de las obras cumbres de un arquitecto y una obra representativa de un estilo artístico, también nos muestra el crecimiento, la bonanza económica y desarrollo burgués que tuvo lugar en Bruselas a principios del siglo XX, en parte propiciado por la terrible explotación de la entonces colonia belga del Congo.

http://www.hortamuseum.be/