Un viaje al rededor de los museos

Museos pequeños, museos con encanto, museos poco conocidos, museos y/o fundaciones de mis artistas o arquitectos favoritos, museos que he tenido el gusto de visitar y que, por diferentes razones, merecerían volver a ser visitados.

Todos los textos y fotos de este blog son autoría y propiedad de Agustín Calvo Galán. Si quieres citarlos o usar las fotos, puedes hacerlo; pero, por favor, indica la procedencia y la autoría. Gracias.

viernes, 10 de abril de 2015

El Museo Chillida-Leku (Hernani, Gipuzkoa)

Sin que sirva de precedente, voy a hablar en este blog de un museo que, a fecha de hoy, no se puede visitar. Lamentablemente, el 31 de diciembre del 2010 cerró sus puertas el recinto del Chillida-Leku para el público, por motivos económicos y de desavenencias entre los herederos de Chillida y las instituciones del País Vasco. Desde entonces muchas informaciones, anunciando el retraso de su reapertura, se han ido sucediendo. Lamentablemente porque uno de los escultores más trascedentes del siglo XX, el donostiarra  Eduardo Chillida (1924-2002), merece este lugar, su lugar, según la traducción de la palabra vasca leku, un lugar que él mismo buscó, pensó y puso en funcionamiento.
El Museo lo forman un gran espacio abierto de jardines y bosque, así como un caserío restaurado, originario del siglo XVI, llamado Zabalaga. En el exterior se encuentran 40 esculturas de Eduardo Chillida, alguna de gran tamaño, realizadas en acero y piedra. En contraste con la verde sinuosidad de los prados, las esculturas sobresalen con su monumentalidad y respiran, creando un paisaje de contrastes entre fuerza, masa, vitalidad, forma y materia; siempre consiguiendo un diálogo sugerente entre la creación escultórica, original del artista, y su ubicación en la naturaleza. Uno de los mayores atractivos del museo es que, en esta parte exterior, no solo los elementos como la lluvia y el viento pueden tocar las esculturas, el visitante puede y debe, también, sucumbir a la tentación (prohibida casi siempre en los museos) de tocar las obras.
En el interior del caserío, además, se pueden admirar otras obras, de menor tamaño, de Eduardo Chillida, así como muestras de su obra gráfica, cartelería, grabado, etc. Asimismo, podemos encontrar fotografías de sus esculturas más representativas, como el famoso Peine de los vientos en San Sebastián.
Sin duda, el Chillida-Leku es un lugar con una magia natural, un lugar abierto que sorprende e invita no solo a la contemplación sino también a la comprehensión del paisaje y del hecho artístico a través de todos los sentidos, tal y como lo imaginó el propio artista. Un lugar ideal para acercarnos a un escultor excepcional que, lamentablemente -repito-, sigue cerrado.

http://www.museochillidaleku.com/