Un viaje al rededor de los museos

Museos pequeños, museos con encanto, museos poco conocidos, museos y/o fundaciones de mis artistas o arquitectos favoritos, museos que he tenido el gusto de visitar y que, por diferentes razones, merecerían volver a ser visitados.

Todos los textos y fotos de este blog son autoría y propiedad de Agustín Calvo Galán. Si quieres citarlos o usar las fotos, puedes hacerlo; pero, por favor, indica la procedencia y la autoría. Gracias.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

La Secession de Viena

La actual capital de Austria fue, en su día, capital de un impresionante imperio que dominó media Europa: un conglomerado de pueblos, naciones, idiomas, costumbres, etnias y religiones que acabó estallando en mil pedazo al finalizar la Gran Guerra. Aquel desmoronamiento, aunque repentino, fue el resultado de un lento proceso de cambios fruto de la reorganización de los poderes en la Europa de finales del siglo XIX y principios del XX. En aquellos años de crisis institucionales y socioeconómicas, numerosos movimientos artísticos vinieron a socavar también el clasicismo predominante en la Viena imperial. Uno de ellos fue el movimiento artístico llamado la Secession de Viena, que podemos englobar en el movimiento Art Noveau o Modernismo, más amplío y paneuropeo, que pondría la arquitectura y las artes decorativas en el epicentro de una revolución estética.
La Asociación de Artistas Visuales de Viena, formada por un puñado de artistas vieneses (entre los que se encontraban Anton Stark, Gustav Klimt, Kolo Moser, Adolf Böhm, Maximilian Lenz, Ernst Stöhr, Wilhelm List, Emil Orlik, Maximilian Kurzweil, Leopold Stolba, Carl Moll, Rudolf Bacher, etc.) fundó en 1897 la Secession con el fin de dar el protagonismo necesario a las vanguardias artísticas. Y, para contar con su propia galería de arte, encargaron la realización de un edificio al joven arquitecto J. M. Olbrich (miembro en aquel momento del taller de Otto Wagner) quien diseñó, a tal efecto, precisamente el llamado Pabellón de la Secession. Tras superar las dificultades impuestas por el ayuntamiento, el edificio se pudo inaugurar en 1898 en la Friedrichstrasse, junto a la Karlsplatz, como edificio provisional para exposiciones artísticas. Por otro lado, la financiación de la construcción del pabellón contó, además de las aportaciones de los propios artistas, con el apoyo de algunos grandes industriales ilustrados que apostaban por la renovación artística, como Karl Wittgenstein (padre del filósofo Ludwig Wittgenstein).
Desde el primer momento, el Pabellón de la Secession se convirtió en un edificio icónico de Viena y del Art Noveau (llamado Jugendstil en alemán) en general, por su gran singularidad, que combina la sencillez formal con la decoración estilizada, destacando la cúpula esférica de bronce, a modo de hojarasca.
El Pabellón ha estado dedicado a la realización exposiciones temporales de arte de vanguardia y contemporáneo desde su fundación hasta la actualidad. Para la 14ª exposición de la Secession, Gustav Klimt (1862-1918) pintó el famoso Friso de Bethoveen (1902) directamente en las paredes del Pabellón. Después de muchas vicisitudes (recordemos únicamente que la pintura debía ser destruida tras la exposición o que el Pabellón quedó reducido a ruinas al finalizar la II Guerra Mundial) se pudo recuperar y volver a exhibir a partir de 1986. En la actualidad se expone en una sala realizada ex profeso, y una tarima convenientemente instalada permite a los visitantes subir hasta la altura de las pinturas para contemplarlas de cerca. El Friso causó una gran sensación en su época, incluso una parte del público lo tachó de incomprensible y obsceno; pero la maravillosa originalidad del Klimt quedó reflejado tanto en la expresividad de los motivos decorativos empleados como en la corporeidad de las figuras humanas, donde los simbolismos -habituales en las pinturas de genio austriaco- forman imágenes evocadoras de gran fuerza poética.
De esta manera, la visita al Pabellón de la Secession nos depara no solo un viaje a la Viena que se estaba reinventado y renovando artísticamente en el momento finisecular, sino también nos permite ver de cerca una de las grandes obras de Klimt, así como asistir a las exposiciones temporales que allí se siguen realizando.

http://www.secession.at/