Un viaje al rededor de los museos

Museos pequeños, museos con encanto, museos poco conocidos, museos y/o fundaciones de mis artistas o arquitectos favoritos, museos que he tenido el gusto de visitar y que, por diferentes razones, merecerían volver a ser visitados.

Todos los textos y fotos de este blog son autoría y propiedad de Agustín Calvo Galán. Si quieres citarlos o usar las fotos, puedes hacerlo; pero, por favor, indica la procedencia y la autoría. Gracias.

jueves, 5 de junio de 2014

Museo Sorolla de Madrid

La capital de España cuenta con un buen número de grandes museos, entre los cuales alguno que podríamos considerar, indudablemente, entre los más importantes del mundo. No obstante, el visitante apabullado ante las grandes instituciones museísticas, puede encontrar en el Museo Sorolla de Madrid un espacio de dimensiones humanas, acogedor y culturalmente atractivo. La sede de dicho museo está situada en la casa que hizo construir el propio Joaquín Sorolla entre 1910 y 1911, y a partir de ese año fue residencia familiar y estudio del pintor en Madrid. El valenciano es uno de los pintores más queridos y admirados tanto a nivel popular como culto en España, cosa extraordinaria en un país que suele desdeñar de lo intelectual. Y es que Joaquín Sorolla consiguió aunar tradición cultural, costumbrismo, maestría, arte, modernidad y respeto por lo popular, ganándose para siempre el favor de los intelectuales y de las clases populares. En el Museo Sorolla de Madrid podremos encontrar pinturas, esculturas y cerámica realizadas por Joaquín Sorolla como, por ejemplo, su precioso cuadro "Madre" que conmemora el nacimiento de su hija Elena. Pero lo más interesante que nos depara este museo es que podemos ver el taller del artista: una gran sala donde se concentran objetos que el pintor reunió en vida, de ambientación evocadora; y también la parte privada: la casa en la que se desarrollaba la vida familiar y que conserva muebles, objetos personales, etc. Así que el visitante no solo puede gozar con la visión del taller y las obras allí expuestas de Sorolla, sino también transitar por una casa acomodada de principios del siglo XX. El museo se abre así como un espacio para el viaje temporal. Por último, el paseo por el jardín que rodea la casa nos deparará una agradabilísima sensación de sosiego, en contraste con la vida agitada que se desarrolla, extramuros, en el Madrid actual. En la pérgola del jardín también podemos ver el busto que Mariano Benlliure hizo del pintor, y que nos recuerda la profunda amistad que les unía.

http://museosorolla.mcu.es/