Un viaje al rededor de los museos

Museos pequeños, museos con encanto, museos poco conocidos, museos y/o fundaciones de mis artistas o arquitectos favoritos, museos que he tenido el gusto de visitar y que, por diferentes razones, merecerían volver a ser visitados.

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viernes, 6 de noviembre de 2015

Museo Toulouse-Lautrec de Albí (Francia)

La coqueta ciudad de Albí, a orillas del río Tarn y a unos pocos kilómetros de Toulouse, en el sur de Francia, cuenta con un casco antiguo medieval perfectamente conservado, Patrimonio Mundial de la UNESCO, del que destacan su magnífica catedral de Santa Cecilia de ladrillo rojo y el palacio de la Barbie, antiguo palacio episcopal, a modo de fortaleza, perfecto ejemplo del poder que los obispos de Albí habían tenido en siglos pasados. Actualmente es la sede del Museo Toulouse-Lautrec. Y es que si hay en el mundo un albigense famoso no es ningún obispo, sino el más popular de los pintores bohemios de finales del s. XIX: Henri de Toulouse-Lautrec (1864-1901)
El Museo se creó en 1922 gracias al legado de los condes de Toulouse-Lautrec, pues el pintor había nacido en el seno de una familia noble del sur de Francia. Pasó su infancia en la campiña cercana a la ciudad de Albí, y aunque era enfermizo y sufrió un desgraciado accidente que le rompió ambos fémures y le impidió crecer adecuadamente, marchó de joven a París para seguir con su vocación de pintor. Sería en la capital francesa donde se relacionaría con los pintores impresionistas de la época y frecuentaría los locales de ocio nocturno como el Moulin de la Galette, el Moulin Rouge, Le Chat Noir, etc. Todo ello quedaría reflejado en su obra, considerada postimpresionista, donde se pintaba desde la vida cultural de los salones de la alta burguesía, pasando por la vida nocturna en los bailes populares, hasta los bajos fondos y la prostitución.
En su museo en Albí podemos encontrar una excelente muestra de sus obras. Resultan curiosos, por poco conocidos, sus primeros cuadros de juventud, donde destaca el caballo como temática campestre. Por supuesto, también podremos ver una parte importante de los cuadros sobre su vida nocturna e íntima en París, así como los magníficos carteles que marcaron una nueva época en el arte contemporáneo, con la popularización de la ilustración pública, y que influyeron tremendamente en artistas posteriores.
Henri de Toulouse-Lautrec resulta una figura fascinante y muy atrayente tanto por la vida que llevó como por su arte. No obstante, en el Museo de Albí podemos acercarnos a su figura y profundizar en un legado que sobrepasa los estereotipos que sobre él se han difundido (gracias, en parte, al cine), para volver a sorprendernos ante un artista intemporal.

http://musee-toulouse-lautrec.com/

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